A menudo, cuando se escucha la palabra deporte, inmediatamente se asocia con éxito, fama, dinero… se imaginan estadios llenos, entrevistas, camisetas… pero muy frecuentemente se olvida algo fundamental y que es la esencia del deporte, sus valores.
En los últimos años, la sociedad ha convertido el deporte en muchos casos, en un negocio. En algunos deportes en concreto, se ha convertido únicamente en eso, llegando a tener una fatal influencia en todo aquello que el deporte y el propio deportista, deben representar.
El deporte en sí mismo, es esfuerzo, superación, sacrificio, compañerismo, respeto, sana ambición… y un larguísimo etcétera, que por desgracia muchas veces olvidamos. El deporte es un medio de unión, una forma de crecer a nivel personal, de aprender valores que a cualquier persona le sirven en su día a día.
El éxito deportivo, no se consigue con fama, con dinero… se consigue igual que se consigue en los estudios, en un trabajo, con la familia o los amigos. El éxito se consigue con constancia, trabajo, compromiso y con la firme idea de trabajar cada día, con el objetivo de ser mejor que el anterior.
Desafortunadamente, todo esto se está perdiendo, no sólo a nivel profesional, sino a nivel de formación. Vemos como niños fingen caídas buscando el engaño, vemos la frustración que les genera la derrota, la crítica, la corrección… vemos aficionados insultando gratuitamente a los árbitros, a rivales e incluso a sus propios hijos. Vemos agresiones, peleas en todo tipo de deportes por parte de entrenadores, aficionados o los propios deportistas.
Todo esto hace que muchas veces escuchemos frases como, “este deporte genera violencia”, “los pitos y los insultos son parte del espectáculo”… pero no, el deporte en sí mismo, NUNCA genera violencia, odio, racismo… sino todo lo contrario.
Todos los que formamos parte de este “gremio”, sea como profesionales, como formadores o como simples espectadores, deberíamos hacer una profunda reflexión de hacia donde estamos caminando y en qué estamos convirtiendo algo tan importante para cualquier ámbito social, como es el deporte.
Dejemos a un lado las frustraciones personales, el odio, la violencia… y ayudemos entre todos a recuperar esa esencia intrínseca del deporte, esa pasión e ilusión… ¡recuperemos los VALORES!!!